"La primera ambición de los Padres Escolapios al hacerse cargo del Colegio Loyola es poseer una Capilla suficiente para las necesidades de la casa." De la revista Memoria Escolar 1947-1948
Para el altar principal se encarga a Olot una imagen de San José de Calasanz idéntica a la de Peralta, de 1'80 metros de altura, que al curso siguiente ocupará el altar mayor de la nueva capilla, que estuvo en uso hasta la inauguración de la Iglesia en 1962.
La Capilla ocupó el mismo espacio que ahora ocupa la Nueva Capilla, espacio que entre medias fué biblioteca.
La imagen de San José de Calasanz llegó antes de concluirse los trabajos en la Capilla, pero ya ocupó un lugar privilegiado al que los alumnos se acercaban a rezarle.
En la foto del curso 1947-1948 unos niños arrodillados ante la imagen.
Por fín se inaugura la Capilla y la figura de Calasanz ocupa su lugar en el altar.
En el curso 1948-1949, llegan las reliquias de San José de Calasanz a Oviedo.
Es un acontecimiento, no sólo para el colegio, sino para todo Oviedo.
Una procesión con las reliquias recorre las principales calles de Oviedo llegando por último a la Catedral.
Y hasta la Catedral es llevada la imagen de San José de Calasanz.
En la foto vemos en la Catedral, la imagen del Santo rodeada de incontables banderas en representación de todas las Asociaciones Piadosas de la Ciudad
La imagen de Calasanz nos acompañó en aquellos años en cada uno de los momentos claves, aquí en los Ejercicios de 1948 predicados por el P. Calasanz Ban en nuestra Capilla
En el curso 1951-1952, presidió desde su altar el acto en el que el Sr. Obispo D. Benjamín de Arriba y Castro quiso premiar la actuación del P. Rector del centro, el P. Germán, por su apoyo a la Acción Católica, imponiéndole la Medalla de Consiliario en sollemnísimo acto al que asistió todo el alumnado.
Hasta 1962, la imagen presidió el altar de la Capilla.
Testigo de todos los actos centrales en la vida colegial.
Testigo de las confesiones, de los sufrimientos, de las alegrías de aquellos niños de la españa de la posguerra.
Pero el colegio creció y se modernizó.
Se inaugura la nueva Iglesia.
La imagen se retira y tras un periplo por distintas estancias del centro termina en la sacristía de la Iglesia.
Los años van pasando y el polvo se acumula en sus anchas espaldas.
La corona termina soltándose y está en el cuello del santo.
Es tapada por viejos trapos y poco a poco las nuevas generaciones de alumnos y profesores la van olvidando.
En aquella habitación húmeda se van acumulando imágenes de vírgenes, copas, trastos, que acompañan a la imagen en este periódo de oscuridad.
Pero su tamaño no pasa desapercibido y algún susto que otro dió a alguna profesora que entró allí en penumbra y se encontró con un hombre muy grande de frente.
En aquella habitación se guardaban los adornos de las Fiestas cuando la Iglesia fué también salón de actos, y algunos alumnos que entraban a buscar esos adornos se la encontraban allí de sopetón, vieja y deteriorada.
Y la imagen, como repitiendo la propia vida de San José de Calasanz que en su vejez vió casi perdida la obra de toda la vida, así mismo vió como su protagonismo de los primeros años dejó paso al olvido.
Pero Calasanz, se recuperó, y hoy la obra está viva en todo el mundo.
Y así mismo, su imagen, la nuestra, aquella que llegó de Olot hace ya mas de 60 años para presidir el altar principal de la primera capilla, resurge.
La Iglesia se reforma para adaptarla a su nueva función como Parroquia de Ntra. Señora de la Merced y se decide restaurar la imagen de San José de Calasanz.
Se encarga su restauración a D. José Miguel Jiménez Parrilla que acomete la obra con entusiasmo.
Y por fín, el jueves 12 de noviembre de 2009, vuelve, renovada, bella, resplandeciente a ocupar un lugar de privilegio en nuestro colegio.
En la entrada principal del colegio, muy cerca, tan sólo una pared por medio del sitio que ocupó en el altar de la capilla primera, ahí está.
Y viene a recordarnos las enseñanzas de San José de Calasanz.
"Si desde los más tiernos años los niños son imbuídos en la piedad y las letras es de esperar un feliz transcurrir de su vida"