El día 4 de Noviembre de 2000 nos desplazamos a Santander para jugar el partido de vuelta de fútbol 7, contra el Colegio de Escolapios de Santander.

Ese día lo tomamos como excursión y como partido. Salimos del Colegio los jugadores y acompañantes hacia las diez de la mañana con toda la ilusión del mundo.

En Santander nos esperaban varios profesores-jugadores, los cuales nos recibieron con mucho cariño, estando a nuestra disposición para lo que seseásemos.

Nos enseñaron el colegio, el pabellón y el campo de hierba artificial.

Foto de la expedición a la puerta del Colegio en Santander

Entre nosotros el P. Juan Manuel

Hacia la una de la tarde nos dirigimos al vestuario para cambiarnos, y poco más tarde empezó el encuentro. Como jugadores más destacados por el bando visitante fueron Saturnino Presidente de la A.P.A. y el Padre Ramiro, con sus galopadas por la banda, que hacían mucho daño al equipo local.

El resultado, que fué lo de menos, fué a nuestro favor, como en el partido anterior disputado en Oviedo en la primavera.

Nosotros somos los del discreto uniforme amarillo

Después del partido nos repartimos por varios lugares, unos visitando la playa y otros, evidentemente, tomando el vermut, con sus amigos santanderinos.

Más tarde llegó la hora de la comida en el comedor del Colegio, el menú, por cierto muy bueno, se compuso del famoso Cocido Montañés, una carne o un pescado, y un postre, regado con un buen vino de la tierra. Al final de la comida nos entregaron un detalle típico de la zona, como recuerdo de nuestra estancia allí. El señor Muñiz les dedicó un monólogo típico de Asturias, para regocijo de todos los comensales.

Por la tarde de nuevo paseo por Santander y de convivencia todos juntos. Al jefe de la delegación asturiana, el padre Ramiro, director del Colegio, se le caía la baba recordando dichos lugares, los cuales recordaba con mucho cariño, ya que pasó allí los mejores años de su vida.

Al atardecer de nuevo camino hacia nuestras casas, teniendo la sensación del buen trato que nos habían dispensado. El viaje se hizo muy ameno, gracias al buen trato del volante del Sr. Prieto, a la sazón Presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos y Alumnas.

Esperamos, ya, el próximo encuentro con el Colegio Calasancio de Santander.

Algunos de los expedicionarios en el puerto de Santander